sábado, 9 de julio de 2011

Cuarta entrada: Sobre el teatro

En esta oportunidad, la entrada esta dedicada al teatro. Es decir, al género de la dramaturgia.
Podríamos enunciar diferentes razones por las cuales la dramaturgia se ha convertido en un género fundamental en la literatura, los motivos por los cuales es considerado un elemento vital de lectura y estudio; pero resulta mas interactivo si ustedes, lectores, cuentan sobre sus experiencias.
La propuesta de esta semana es hablar sobre el género como tal, sobre los escritores universales que han marcado un antes y un despues en la vida de cada uno de ustedes y sobre el efecto que el teatro produce hoy en día en nuestra sociedad.

El debate ha sido abierto!
Saludos

Lucía Vargas

9 comentarios:

  1. Buenas tardes!
    ¿Cómo empezar con esto?..
    Si bien vos ya lo dijiste, el teatro es fundamental, la dramaturgia es fundamental y el teatro produce un "algo" en nosotros -y siempre lo va a hacer-.
    Nombrar autores sería descortés, creo que todos ya conocen a los mayores exponentes con sus monumentales obras.
    Decir que el teatro produce es dar la esencia del drama en sí: la tragedia.
    Si bien, hoy en día -y desde hace siglos-, no existe el fenómeno trágico como tal (Peán y Ditirambo), aún nos movemos según esa influencia: lo dionisíaco, lo apolíneo: nuestro arché y nuestra dicha. Cómo dijo Aristóteles en su Poética: aquello que produce catarsis en el espectador. Que lo obliga a seguir en la tradición trágica; también, mitiga lo que se da en consecuencia del sufrimiento o gozo, lo plasma en el escenario o la lectura y hace que uno experimente pasiones que de manera mediata se pueden transmitir a la vida misma.
    El género literario que abusó de la palabra (tanto lingüística, como, metalingüísticamente).
    ¿Qué sería de la vida sin él? No sé qué sería de la mía…
    Comentate algo Lu! Tirá algún título jajaja

    Un saludo.

    Gabriel A. Saia

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  3. si eh de decir amo el teatro... Sofocles, Samuel Beckett, Franz Kafka, Alejandro Casona, y Gonzalo Arango... Me marcaron por demás!.. Me comí una letra, por eso lo suprimí! Acentos pasan, letras lo detesto! Ja.

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  4. Gabriel: Me agrada que hayas decidido participar en esta entrada. Sé que para vos el teatro es vital y respeto lo que decis desde tu pensamiento intelectual y desde tus lecturas pero, realmente, me gustaría que opinaras desde ese lugar que citaste al final: "¿Qué sería de la vida sin él? No sé qué sería de la mía… " Es decir, desde el amor real que le tenes al teatro y no a las palabras. Me gustaria que cuentes sobre tu experiencia personal con el teatro, lo que te produce y produjo a lo largo de tu joven vida y de lo que te hace volver a elegirlo como género y como parte de tu ser.
    Espero que entiendas a lo que me refiero. Aguardaré tu respuesta.


    Dolores: Gracias a vos también por compartir con los lectores tus dramaturgos favoritos, si pudieras recomendar alguna obra de alguno de ellos, seria genial.

    Un beso y saludos a todos!

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  5. ¡Pero más vale! No lo había hecho porque pensé que querías algo más armadito jajajaja
    El teatro, desde mi experiencia personal, es lo que motiva a la gente. Hay personas que hacen constantemente un teatro, una obra: divinas. Nosotros apreciamos eso. Yo aprecio la crítica que nos dejan las obras teatrales: me encantan.
    Sófocles, Discépolo, Cossa, Goethe, Moliére, etc... -no quería nombrar para no dejar a ninguno afuera-.
    Algunos los entendemos porque son contemporaneos, el reflejo del fenómeno como tal.
    Ir a un teatro como espectador; actuar el personaje y darle vida a la obra; quedarse en casa leyendo algún dramaturgo: definitivamente, lo voy a seguir haciendo...
    Eso representa para mí: la crítica que nunca se va a ir, aquella que si bien se puede expresar en otros géneros, nunca será tan hermosa: tan agridulce...

    Un saludo para todos!

    Gabriel A. Saia

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  6. Wow,cuánta información junta, muchos autores, no he leído a tantos. Lo que puedo aportar es desde la experiencia. Hace 11 años elegí mi camino, con mucha devoción, con mucho placer. Elegí al teatro porque es un arte vivo, no hay nada que lo suplante. El teatro está ahí, cuando nos sentamos en una butaca, percibimos con todos los sentidos lo que ocurre en escena, y podemos sentirnos parte de aquella vivencia. Y eso, no te lo da ni el cine, ni la televisión. El teatro es una experiencia única, un mundo paralelo el cual (me pasa) redescubro todos los días. Me he enamorado, me he desenamorado y me he vuelto a enamorar de él, porque además es un trabajo que hay que aprender a sostener desde el deseo, las ganas, el trabajo y las propias convicciones. Lo único que te mantiene vivo/a en el camino del arte dramático, de la actuación es el deseo, el deseo por hacer, el deseo por actuar.

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  7. El deseo nos mueve -en todo-: es tan esencial como el ser. Eso mismo, eso es lo que tiene el drama, el teatro: te permite ser, mientras te hace desear.
    El deseo, en el teatro, se exhibe todo el tiempo: antes de una función, luego de una función; mientras estás actuando como espectador o interpretando la obra misma...

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  8. Me gusta que la gente que practica y elige el teatro devele sus sensaciones, sus sentimientos, sus percepciones. Creo que no hay opinión mas valiosa que la del que lo vive con compromiso y vocasión.
    Yo, desde mi lugar como lectora (por ahora, quién sabe en el futuro..jaja), creo que he experimentado un amor por el género... no sé si al mism nivel o de la misma manera que ustedes, pero muchos autores me han hecho respetar al teatro.
    La maravilla del diálogo bien construido. La frescura de una buena didascália. La sensibilidad de un personaje BIEN ARMADO. La elección del lenguaje, del espacio, de las palabras, de los movimientos... todo es un sin fin de cuestiones que, si bien son complejas y dificiles de lograr de manera eficiente y funcional, logran hacer de este género algo único y digno.

    Gracias a todos y cada uno de ustedes que se ha tomado el tiempo de escribir y, sobre todo, de leer.

    Besos!

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  9. Mi historia con el teatro comienza muy pequeña
    Cuando mi maestra me sacaba de clases a los cinco años
    Para ponerme a representar papeles, pero no es ahora de esos años que quiero hablar.
    Si no de mi obra favorita. Pedro y el Lobo.
    Cuando era pequeña, mis padres al igual que muchos otros no tenían una economía para mandarnos a los grandes cinemas todos los días por las tardes, entonces el teatro resultaba una bagatela con sus gastadas cortinas y sus escenarios inmovibles cada vez era más difícil llenarlos por lo que el precio era accesible a cualquiera. Que suerte tuvimos esos niños no privilegiados, que pudimos nutrir nuestra imaginación con algo más que un vestido de alguna princesa que Disney dibujara.
    En fin, pedro y el lobo en esa época no era representada por actores si no por músicos, la orquesta se colocaba en un plano inferior al público. Así que solo veías los efectos especiales (sombras, movimientos rápidos en el escenario, escenografías de exteriores) mientras que eras forzado a alimentar la imaginación y hacer coherente la historia cuando escuchabas a la flauta tocar que simulaba un pajarillo. O cuando el lobo se acercaba que no era sino el trombón haciendo su característico sonido.

    Creo que el teatro es esencial y muy importante, pero como la leche debe darse desde pequeños, porque solo cuando somos pequeños nos permitimos el solo disfrutar sin hacer una crítica al momento, que difícil se vuelve cuando uno crece no tener un punto de vista implantado ante el tema que se expone en la obra que visitamos, solo cuando pequeños, no debatimos escena por escena en nuestra conciencia, y nos damos el lujo de sorprendernos cosa que no sucede cuando mayores porque estamos ahí, sacando conclusiones en cuanto comienza la obra . Y entonces el juego cambia no es disfrutar y observar si no ver si nuestra deducción es exacta, ver si existe una coherencia o si a pesar de lo simple hay un vuelco o dos que sorprendan. Cuando uno es pequeño disfruta cada momento y cada momento se almacena consignándole valor a cada uno de estos. Cuando grandes retenemos hasta el final de la obra, después de nuestros juicios y nuestras opiniones y medidas decidimos si esa información ha de ser guardada o desechada.
    No que sea malo lo que hacemos de mayores, pero como la leche, el teatro desde pequeños ayudara a fortalecer nuestras visiones y creatividad, ayudara a incrementar la imaginación, nos enseñara a observar sin enjuiciar. Por este motivo pedro y el lobo con su teatralidad tacita es mi obra favorita.

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